Cuestiones de apertura (67)

¿De qué manera puede la Teoría del Habitar considerar los cruciales elementos diferenciadores (género, edad, capacidades) de los habitantes?

Oscuras anomalías en ciertos lugares

La puerta de Auschwitz

Las puertas de Auschwitz sólo abren hacia adentro.

Tal es uno de los más sobrecogedores parlamentos del coro de la ópera La Pasajera, del compositor judío polaco Mieczyslaw Weimberg. Hemos visto la grabación en DVD de la producción del Festival de Bregenz y no nos recuperamos de la angustia de esta revelación.

Hubo, hay y quizá habrá aún puertas que sólo abran hacia adentro. Cuidado entonces con las puertas con inscripciones. La ilustrada afirma, con un tétrico sentido fascista del humor: El trabajo os hará libres.

P. S. Mi gran amigo Sergio Martínez me corrige mi torpe versión de la leyenda: El trabajo libera, en tiempo presente y tono apodíctico. Lo siniestro no tiene límites

Ventilar la teoría en la vida social

Thomas Rowlandson (1756- 1827) El colegio de los médicos (1808)

El habitar es algo demasiado importante para dejarlo en manos de arquitectos o aún de antropólogos. En particular, sus derivas políticas deben ser ampliamente discutidas en la vida social.


Derivas políticas de la teoría del habitar

Es necesario esclarecer el contenido político intrínseco a una teoría del habitar.
  • En primer lugar, parece que la teoría permite reconsiderar el contenido de los reconocidos derecho a la vivienda y al incipiente derecho a la ciudad.
  • Por otra parte, existe un fuerte cuestionamiento implícito y explícito a las actuales relaciones de poder entre empresarios, personajes políticos y tecnoburócratas, por un lado y los ciudadanos habitantes, por otro.
  • En un tercer lineamiento principal, la teoría del habitar promueve de suyo una revisión sistemática de los proyectos sociales del habitar, tal como se los formula de modo tanto explícito como tácito.


En síntesis, todo un programa teórico-político que habrá que pormenorizar.

El cuerpo, con otros ojos

Yann Forget (s/d). Escultura erótica en el templo de Neelkanth, India


Es preciso que prestemos una nueva consideración al cuerpo, superando el mecanicismo racionalista de Vesalio y Descartes.

Plumas ajenas: Silvia Citro

Frente a la idea del cuerpo como mero "objeto natural", los estudios socio-antropológicos han permitido demostrar que los grupos culturales construyen sus propias gestualidades, expresiones emocionales, modos de percepción sensorial y técnicas de movimiento corporal cotidianas, rituales y estéticas; asimismo, mostraron las variadas representaciones, significaciones y valoraciones culturales elaboradas en torno a los cuerpos, analizando las distintas concepciones anatómicas, fisiológicas, sexuales y de la salud-enfermedad. Asimismo, en muchos trabajos más recientes, la corporalidad es entendida como una perspectiva de análisis que se integra al estudio de diversas problemáticas socio-culturales; los cuerpos no son tratados entonces como “objetos” de estudios específicos (lo cual llevaría, en cierta forma, a reinstalar el dualismo), sino que son reconocidos como dimensiones constitutivas e insoslayables de toda práctica social.

Silvia Citro

Allí donde volvemos una y otra vez

Guido Marzulli (1943- ) Al N° 16 de la Plaza Mercantil de Bari (s/f)


La morada no es una cosa construida, como una casa o vivienda. Es un sistema de lugares que tiene un foco principal, allí donde volvemos una y otra vez.

El sentido de la morada

¿Qué sería de la arquitectura si no pensamos en las relaciones espaciales que genera el ser humano al habitar?
Patricia Barroso Arias

Allí donde uno se demora habitualmente, es donde tiene su morada.
La morada no se define, entonces, como una simple cosa, sino que se entiende como una más o menos prolongada y reiterada vinculación entre un sujeto y un sitio, conformando un lugar. No se trata tampoco y simplemente de una porción determinada de espacio, sino que es, fundamentalmente, un tiempo que se prolonga configurando un lugar, una estructura espaciotemporal. Esa estructura espaciotemporal tiene un foco peculiarmente intenso de sentido en una región del campo y una gradación compleja de valores en función a los desplazamientos relativos a ese foco.

Disponer de una morada, por lo tanto, es muy diferente de poseer una vivienda o una casa, es desplegarse morosamente en un sistema jerarquizado de lugares.

Danza del cuerpo, arquitectura del aire

Andrea Carlo Lucchesi (1860- 1924) Danzante (s/d)


La arquitectura podría aplicarse a amparar con suma consideración y mérito la arquitectura del aire conferida por la danza de los cuerpos.

Habitar el aire. I. La danza

Aquellos que danzan con vocación y talento conquistan con plenitud el aire que habitan.
El aire, elemento amorfo por excelencia, adopta una forma significativa cuando el danzante se la confiere por imperio de su coreografía. Pero estos artistas son primus inter pares; dan una versión excelente de una facultad ampliamente difundida en el género humano. En efecto, nuestros gestos cotidianos, nuestros recorridos, nuestras actividades también constituyen coreografías ordinarias que también confieren forma al aire que habitamos.

Una arquitectura con vocación de vida debería ofrecer adecuados escenarios a la danza cotidiana de los cuerpos en el aire.

El sagrado lugar del sueño

Gustave Courbet (1819- 1877) Mujer reclinada (1866)


Gran parte del voyeurismo legitimado por el arte tiene un capítulo importante con las durmientes. Nada más indefenso, nada más confiadamente abandonado, nada más ajeno a las intromisiones del espía. El voyeur profana un lugar sagrado, el lugar del sueño.

Un garante de la noche subjetiva

La última de las diez condiciones es que un lugar es un garante de la noche subjetiva. (Sloterdijk, 2004:383)

Hay en el lugar del sueño un valor relativo de seguridad.
Allí donde nos cobijamos a salvo, podemos abandonarnos al sueño. Constituye un trastorno grave no contar con las condiciones adecuadas al descanso profundo. La factibilidad del sueño confortable es una condición que ratifica las bondades de un lugar con vistas a habitarlo.

Parece que mientras el cuerpo reposa, la conciencia toma cierta distancia: un lugar seguro y apacible es aquel en que ambos pueden volver a reunirse con placidez.

La taberna como reducto estratégico proletario

Peder Severin Krøyer (1851- 1909) En la taberna Winther en Skagen (1886)


El establecimiento constituye un lugar estratégico para los trabajadores. Es allí donde obtienen información clave para conseguir trabajo y también es allí donde reponen fuerzas.

Una zona regenerativa

La novena de las diez condiciones es que un lugar es una zona regenerativa. (Sloterdijk, 2004:383)

Esta característica se vuelve complementaria de la anterior y su articulación en conjunto conforma la condición estratégica de la constitución de lugares.
En efecto, un lugar es, por cierto, el emplazamiento desde donde dirigir la actividad y, a la vez, es la localización de la recuperación creativa de energías.

Este doble papel vuelve el emplazarse un fijar en el espacio social un punto capaz de servir a ambos aspectos, a la vez que señala una evento crucial en el devenir del tiempo.

Lugares esforzadamente habitados

Hermann Corrodi (1844- 1905) El mercader de alfombras (1905)

Un establecimiento comercial es un lugar intensamente habitado, tanto como la casa del comerciante.


Un emplazamiento para negocios

La octava condición fijada por Sloterdijk para un lugar es que éste es  un emplazamiento para negocios. (Sloterdijk, 2004:383)

Suele vincularse la habitación a la estancia reparadora, descansada y pasiva.
Pero debe advertirse que también se habitan los lugares dominados por la actividad esforzada, por las iniciativas y por la resolución de intercambios. Los tránsitos también son instancias del habitar. Habitamos siempre que tengamos efectivo lugar, hagamos lo que hagamos.

También los negocios demandan efectivamente tener lugar.

La choza originaria

Adriaen van de Velde (1636- 1672) La choza (1671)


Nuestra choza es el lugar desde donde partimos en cada oportunidad en busca del desafío, de la aventura, de la vida breve.

Un campamento base para expediciones al entorno de trabajo y vivencias

La séptima de las condiciones es que un lugar es un campamento base para expediciones al entorno de trabajo y vivencias. (Sloterdijk, 2004:383)

En cada sistema de lugares particular siempre hay uno, que oficia de origen general de coordenadas.
Según cada emplazamiento particular, estaremos entonces diversa y significativamente apartados de esta localización estratégica. Desde este lugar base parte el sistema habitual de sendas y se disponen los diversos itinerarios. Cada una de nuestras incursiones adquiere un cariz particular según nos lleve más o menos lejos o que los rumbos sean más o menos habituales.

Ese lugar originario tiene el bello nombre castellano de querencia.

Encontrarse

Edward Burne-Jones (1833- 1898) El espejo de Venus (1875)

La constitución de un lugar tiene su ceremonia inaugural cuando y donde se vuelve posible encontrarse a sí mismo, tomar plaza efectiva en el paisaje, tener lugar, estricta y conscientemente.


Un nicho para auto-relaciones

La sexta de las diez condiciones es que un lugar es un nicho para auto-relaciones. (Sloterdijk, 2004:383)

Hay una instancia inaugural en la entrevisión especular de uno mismo con lo que cada uno se encuentra, en sentido estricto.
Se constituye a partir de tal situación fundamental el emplazamiento relativo con el que se construye, a la vez, identidad, memoria y referencia.

La expresión de Sloterdijk (auto-relaciones) no debe ser entendida en el sentido narcisista que padece el encantado, sino, como entiende Bachelard (1942), aquel que se prepara para investir su puesto en las relaciones interpersonales

Iniciativas

L. Szacinski (s/d) Retrato de Kong Haakon en su despacho (1906)


El despacho forma parte integral de una estructura de lugares que le confieren una fisonomía particular.

Una dirección para iniciativas empresariales

La quinta de las diez condiciones es que un lugar es una dirección para iniciativas empresariales. (Sloterdijk, 2004:383)

Un lugar no se contenta con reducirse a un punto en un plano, una mancha casual en un mapa.
Forma parte de una estructura y con ella está compuesto, esto es, situado, ordenado, dirigido. Si un aquí puede representarse abstractamente como un punto geométrico, el aquí concreto es resultado de múltiples operaciones que confieren status y rol específico en el seno de un sistema de lugares.

Es con respecto a ese sistema de lugares que cada lugar particular cuenta con sentido y referencia.

Intercambio generalizado

Manuel de la Cruz Vázquez (1750- 1792) La feria de Madrid en la plaza de la Cebada (1780)

Además de diversas formas de materias y energías, se intercambian informaciones. El mercado, como lugar, es el ámbito donde se concentra el comercio comunicativo.


Un cruce en una red de flujos de datos

La cuarta condición fijada por Sloterdijk para un lugar es que es  un cruce en una red de flujos de datos. (Sloterdijk, 2004:383)

Allí donde se puebla un sitio, prolifera el intercambio de informaciones. Donde habitan personas hierven los signos. Un lugar adopta una peculiar conformación en tanto es el emplazamiento en donde se cruzan sistemática y encarnizadamente significantes y significados.
A los conocidos procesos de intercambio y transformación material y energética hay que agregar los flujos informativos.


Bienvenidos dentro y bientenidos fuera

Emil Rau (1858- 1937) Pareja joven en frente de una casa de campo en la Alta Baviera (1937)


Un lugar no puede concebirse en términos de puro sitio físico. Un sitio poblado supone, en principio un nudo de relaciones de hospedaje, de peculiar contextura, en donde se convoca de ciertas maneras a ciertos sujetos y se excluye a otros.

Un nudo de relaciones de hospedaje.

La tercera de las diez condiciones es que un lugar es un nudo de relaciones de hospedaje. (Sloterdijk, 2004:383)

Bajo la denominación relaciones de hospedaje, nuestro autor caracteriza unas condiciones específicas que vinculan a las personas entre sí y con los lugares.
La articulación propio/ajeno hace del hospedaje una función de identidad: el lugar propio es allí donde y cuando tengo legítimo lugar como sujeto, mientras que, a la vez, se me sustrae esa condición de otros lugares, en función a la carencia relativa de vínculos interpersonales  y de localidad adecuados.
Cada lugar, entonces, es un nudo que articula a su modo a quiénes convoca y de qué modo.


Excelente artículo que recomiendo

Habrá que seguir la trayectoria de su autor y el devenir de la cuestión.
http://elpais.com/elpais/2017/05/26/seres_urbanos/1495806995_723551.html
Para leer y pensárselo mucho.

Cuestiones de apertura (64)

Podría realizarse, de modo sistemático, un estudio de las condiciones de la habitación en condiciones extremas, elementales o reducidas a su mínimo de necesidad confrontado con las condiciones cotidianas, elaboradas e incluso suntuarias del habitar contemporáneo.

A título de ejemplo, comparar las condiciones de habitabilidad de una humilde posada del siglo XIX en relación con las correspondientes de un establecimiento hotelero actual.

Voces

Saritaaaa (s/d) Estudio de Gestiona Radio (2009)

Con las voces y sus ecos habitamos logosferas que nos brindan la ilusión, ampliamente compartida, de habitar un mismo mundo, al mismo tiempo.


Un local de atmósfera transmitida y actualizada

Una segunda condición sostenida por Sloterdijk es que un lugar es un local de atmósfera transmitida y actualizada. (Sloterdijk, 2004:383)

Cada lugar habitado es un ámbito en donde resuena, calma o frenética, la información.

Estar en un sitio implica intercambiar constantemente signos: estamos en un mismo lugar en tanto sabemos más o menos lo mismo aquí y ahora. Compartimos creencias y ocurrencias y nos situamos en consecuencia. Habitamos logosferas pobladas de significados.

Una cierta transparencia

Raimundo de Madrazo y Garreta (1841- 1920) Jardín de la casa de Fortuny (1877)


Un lugar es, en principio, una porción de atmósfera, cercada a su modo por una figura y, sobre todo, acondicionada por su habitante.

Una porción de aire cercada y acondicionada

Así establece Sloterdijk la primera de diez caracterizaciones de un lugar: una porción de aire cercada y acondicionada. (Sloterdijk, 2004:383).

Se trata de una región relativamente delimitada de una atmósfera, disponible para la respiración y sostenible en el tiempo, como condición fundamental de todo emplazamiento apto para la vida. El cercado, por su parte, en principio es una figura: es la estructura de amparos que supone un inicial acondicionamiento. Y este último factor es el decisivo un lugar es tal en virtud de las especiales condiciones que le impone su habitante.

La clave, en este caso, es la mención explícita del aire.

Habitamos proyectos forjados en el pasado

Antal Berkes (1847- 1938) Atardecer en la ciudad (s/f)


Mientras que la forma, el cariz particular, el aspecto efectivo de nuestras ciudades es efecto de un diseño preciso y presente, las condiciones que la vuelven posible han sido forjadas en el pasado, a título de proyecto.

Diseño y futuro

Diseñar es darle forma al futuro del mundo en que vivimos. Sin embargo, por muchos motivos, esto parece una empresa desesperanzadora fundada en los fracasos de nuestros predecesores, afirma Tim Ingold.
Pero, ¿es verdad que diseñar es darle forma al futuro del mundo en que vivimos?
Puede señalarse un matiz terminológico: conferirle forma al futuro del mundo no es tarea propia de diseño, sino de proyecto. Y no es que fracase el proyecto como tal, sino que parece que abordamos nuestro presente con entrevisiones hipotéticas que provienen siempre de un pasado. Diseñar anticipándose a las condiciones históricas es siempre temerario y falaz. La consecución de la síntesis cabal de la forma siempre es una operación que se realiza en tiempo presente.

Proyectar, en cambio, es abrir al futuro condiciones posibles de diseño que se verificará en aquel entonces.

Un lugar propicio a todos los sueños

Paul Hoecker (1854- 1910) Atardecer (1897)


Una arquitectura con vocación de vida es aquella que estimula, promueve e impulsa a las ensoñaciones de la vigilia que buscan tener su lugar.

Arquitectura con vocación de vida

Norberto Chávez ha propugnado por una arquitectura que obedezca a una vocación de vida.
No se trata, simplemente, de una arquitectura henchida de vida por los azares de la fortuna. No se trata, simplemente, de una arquitectura viva por su compromiso con el habitar. Tampoco se trata de una arquitectura meramente fértil para reproducir y proliferar en ocurrencias logradas. Se trata de otra cosa.

Una arquitectura con vocación de vida no se contenta con albergarla: de un modo fundamental promueve la felicidad de desarrollar la existencia con plenitud.