Al otro lado del fuego del hogar

Giuseppe Crespi (1665- 1747) La sirvienta de la cocina (1712)


He aquí la contracara de la excelsa alquimia de la cocina, por no hablar de las delicias de la alta gastronomía. En la actualidad, con la equiparación de roles domésticos entre los sexos, no es tan conflictivo decidir quién cocina, pero sí quién limpia los enseres.

Cultura tectónica y sustentabilidad ambiental

La cultura tectónica es una de las manifestaciones del habitar la comunidad su lugar.
Esto tiene, por lo menos dos condiciones si atendemos al carácter concreto del lugar: su naturaleza espacial y temporal. En lo espacial, la cultura tectónica es la propia, la adecuada y la pertinente a un sitio, a una localización física-ambiental que provee de condiciones efectivas para su desarrollo. Así, la cultura tectónica de un sitio es precisamente la propia, adecuada y pertinente con respecto a las condiciones de su sitio, sus posibilidades y sus restricciones. En lo que toca al tiempo, la cultura tectónica tiene una historia propia, un presente propio y, sobre todo, un futuro deseable. La cultura tectónica abreva en las experiencias históricas, en su revisión crítica y en el proyecto social de la comunidad en donde se desarrolla.

En este último aspecto, todo parece señalar que la cultura tectónica de nuestro inmediato futuro tendrá que considerar, con toda seriedad, su sustentabilidad ambiental.

Tenues amparos

Evert Jan Boks (1838- 1914) La propuesta de matrimonio (1882)


Basta un delgado biombo para delimitar dos esferas sociales. El oído atento de la muchacha y el inoportuno perrito atraviesan esos tenues, sutiles amparos del decoro.

Sobre el derecho a habitar

Tanto el reconocido derecho a la vivienda como el reivindicado derecho a la ciudad encuentran su fundamento moral en el derecho a habitar.
En efecto, el fundamento moral de nuestros derechos a una vivienda adecuada, digna y decorosa, a una ciudad segura, sostenible ambientalmente y desarrollada con armonía proviene, en el fondo, de la obligación moral de nuestra sociedad de amparar y desarrollar el habitar humano, en todos sus aspecto y garantizado para todos los habitantes. Reivindicar el derecho a habitar debería constituir un importante punto en todo programa político razonablemente explícito.

Deberemos, al menos, inquirir a nuestros  políticos al respecto.

Capacidades diferentes

Anna Ancher (1859- 1935)
Una mujer ciega en su habitación (1883)


No podemos olvidar que todos tenemos diferentes capacidades. Nosotros, los que habitamos, lo hacemos de diferentes maneras y debemos tener en cuenta tales diferencias, para superar la ingenuidad teórica de tratar con meras figuras generales del habitante.

Acumulación

Si uno abordara un inventario minucioso de todos y cada uno de los objetos que nos acompañan en el lugar en que vivimos, deberíamos adoptar un talante como el del escritor francés Georges Perec.
Atrás de cada trasto hay una historia, una razón/sinrazón para una elección, adquisición, uso y depósito. El inventario resultaría quizá atroz en su extensión, pero revelaría la historia menuda, cotidiana y sucia de nuestras existencias dominadas por la idea de encontrar cada-objeto-para-su-función. Argumentos: es una historia tan menuda como la contextura trivial de las cosas, tan cotidiana, que se superpone punto por punto con la crónica vital, tan sucia, porque opera desmoronando todo orden o jerarquía.

No son sólo la pereza o la sospecha de futilidad las razones que nos desalientan para realizar tal inventario; es un ligero terror de ver de cerca cómo acumulamos.

El laboratorio científico

Harriet Jane Moore (1801- 1884) Michael Faraday en su laboratorio (s/f)


Ah de esos lugares en donde se busca una verdad. Cuando el científico se rinde ante la evidencia ¿En qué lugar está, exactamente? Yo creo que, entonces, el lugar ya no es el ámbito de las fatigas cotidianas, sino el Lugar en el Mundo.

Los diversos habitantes

Una teoría del habitar no puede conformarse con elucubrar genéricamente con el sujeto habitante como figura, sino que debe abordar los habitantes concretos.
Los habitantes concretos tienen importantes particularidades diferenciadoras. Tienen un sexo propio que hace que las proyecciones sobre el sitio y la configuración concreta de los lugares sean diversas. Los espacios tienen género, pues. Desde otro punto de vista, también se diferencian por su edad: niños, adolescentes, adultos, ancianos. Según las edades, buscamos cosas diversas en nuestro ambiente y en su acondicionamiento de los lugares se diferencia nítidamente. También existen diversas especificaciones radicadas en las diferentes capacidades sensoriales y motoras.

Cuando la teoría se desarrolle, deberá especificarse en la diversidad de los sujetos habitantes.

Para entendernos mejor, hoy: Lugar

Definición
1. Un campo —esto es, una estructura espacial y temporal— significativo para la habitación humana.║ 2. Concepto cultural fundamental para describir las relaciones entre los seres humanos y su ambiente vivido.

Fuego

Knud Berglien (1827- 1908) Noche de San Juan (1858)


Quizá todo empieza con la reunión en torno al fuego: el legado prometeico es correspondido con conversación, música y rituales. Allá arriba, la luna que indica que todo vuelve a comenzar.

Apropiación

La habitación de un lugar supone la irrupción de un hecho contingente en un orden necesario: implica la conformación de un artefacto en la naturaleza y también una conquista.
Tal conquista debe verificar una cierta legitimidad: ¿con qué derechos naturales hacemos propio un territorio? En realidad, puede pensarse que con ninguno, pero es preciso, no obstante, construir una humana legitimidad. Esta humana legitimidad puede reivindicarse en el valor de adecuación de la forma de la habitación del lugar a las solicitaciones del contexto en donde se aloja.
Quizá no haya otro valor para esgrimir en la legitimación de la apropiación de un lugar que la adecuación de la forma arquitectónica de la habitación de éste. Una porción de la superficie terrestre es apropiada de modo legítimo por un acto de habitación toda vez que implique una arquitectura que el lugar merece, esto es, cuando resulte pertinente y oportuna.

La adecuación de la forma a su contexto es, entonces, equiparable a los enunciados de identificación y memoria.

Eliminación

Bernhard Folkestad (1879- 1933) Fin del verano (1916)


En la apacible vida rural, la eliminación resulta un asunto sencillo de resolver. Es en la ciudad en donde se vuelve un penoso problema de lugares ad hoc, de instalaciones, de complejos infraestructuras y de impactos contaminantes.

Memoria

La dirección del tiempo proyecta nuestra habitación desde el lugar abandonado a otro lugar efectivamente habitado sobreponiendo a la actualidad dos elementos constitutivos de la propia temporalidad consciente del habitar: la memoria y el olvido.
Nuestra conciencia, encabalgada en un proceso continuo de movimiento y cambio, lleva consigo un aquí corporal así como una reserva de memoria de los lugares que nos han sido propios, forjada por un trabajo depurador. Habitamos y habitaremos, por consiguiente, una historia vivida en una concatenación sucesiva y causal de lugares.

El ahora efectivamente habitado es contemplado a través del espejo oscuro de la evocación de las experiencias espacio corporales de los lugares que ya hemos abandonado.

Vida cotidiana y paisaje

Hans Dahl (1849- 1937) Beim Heutransport (1937)


Los desvelos de nuestra vida cotidiana deberían dejarnos una ocasión de apreciar con calma nuestro paisaje. Es un derecho humano fundamental: el derecho a reconocerse en su lugar propio.

Identidad

La antropología comienza a considerar con alguna atención científica la constitución efectiva de lugares, a través de la observación de éstos como representaciones culturales.
Cabe entonces distinguir los sitios (físicos) de los lugares (representaciones culturales). A través de la representación social del lugar, las gentes configuran vincularmente su identidad en referencia a determinados rasgos de los sitios físicos que efectivamente habitan. Estas representaciones confieren un sentido a la distribución social espacial de los habitantes (el sistema relativo de lugares que las personas organizan entre sí) y también confieren significado a la articulación entre la figura del orden cósmico y la organización de las cosas del vivir.

Habitar es, entre otras importantes determinaciones, la acción de proyectar en el sitio físico la contextura de identidad propia de los sujetos que pueblan el lugar

Arquitectura y poder

Hubert Robert (1733- 1808)
La Bastilla en los primeros días de su demolición (1789)


La arquitectura monumental se marida con el poder político. Por ello, es lo que primero se demuele en la acción revolucionaria, luego de conseguir el crucial cambio en el poder.

Plumas ajenas: Georges Perec

A veces les parecería que podría transcurrir armoniosamente una vida entera entre aquellos muros cubiertos de libros, entre aquellos objetos tan perfectamente domesticados que habrían acabado por creerlos hechos desde siempre para que los usaran ellos únicamente, entre aquellas cosas bellas y sencillas, suaves, luminosas. Pero no se sentirían encadenados a ellas: ciertos días saldrían en busca de la aventura. Ningún plan sería imposible para ellos. No conocerían el rencor, ni la amargura, ni la envidia. Pues sus medios y sus deseos estarían acordes en todos los puntos, siempre. Llamarían a este equilibrio felicidad, y, gracias a su libertad, a su prudencia, a su cultura, sabrían conservarla, descubrirla en cada instante de su vida común

(Georges Perec, 1965)

Para entendernos mejor, hoy: Teoría del habitar

Definición
1. Conjunto estructurado de hipótesis acerca del habitar humano. ║ 2. Posible rama o disciplina antropológica dedicada a la observación, descripción e interpretación comprensiva del habitar humano ║ 3. Posible núcleo epistemológico para una teoría de la arquitectura que considere el habitar como la finalidad principal de la actividad arquitectónica

Proyecto y utopía

Ruinas de San Ignacio Miní, Misiones, Argentina


En todo proyecto hay una apuesta a conferirle un lugar a un futuro. Si bien la construcción tiene siempre el mérito del esfuerzo, su ruina es el signo de la Utopía que ha encarnado.

Complejidad estética de la habitación del lugar

Habitar la arquitectura implica no una disposición especial del sentido de la vista, sino la completa inmersión multisensorial del sujeto en el lugar.
El lugar se juzga con la visión, con la audición, con el tacto, con el olfato, con el tránsito. Por otra parte, estas sensaciones se vinculan complejamente entre sí y se sintetizan en la experiencia estética total de la arquitectura del lugar. El habitante no es un espectador, que se reduce a contemplar a cierta distancia la contextura plástica o escultórica de un objeto extraño, sino que es un participante activo de su propia experiencia estética: explora, indaga y conoce por sí mismo el lugar, haciéndolo propio.

La habitación de un lugar promueve una específica forma de estética.

Boudoir

Lucius Rossi (1846- 1913) En el boudoir (1869)


Un lugar para retirarse y llenar de identidad decididamente femenina. Así como los términos cámara o alcoba señalan con mayor especificidad los ámbitos de recogimiento íntimo propios del sujeto o de la pareja conyugal, el vocablo boudoir señala con precisión el lugar propio de la mujer para estar consigo misma, en la compañía ronroneante del gato.

La estructura fundamental del lugar

Todo lugar puede ser observado de modo riguroso y en los términos más generales posibles, como una estructura, esto es, una trama que vincula entre sí a diversos componentes fundamentales.
Así, la tierra, el cielo, el horizonte que los articula y el propio habitante son componentes necesarios para la constitución de un lugar, no sólo por su existencia de cada uno de estos por separado, sino, sobre todo, por las relaciones mutuas que entablan. La estructura fundamental del lugar es aquello que puede predicarse siempre de un caso concreto, cuando se lo señala como lugar.
Todo lugar puede precisarse con una proposición de carácter indexical que distingue con relativa claridad un aquí de un allá, esto es, una articulación en un paisaje dado entre un referente identificado en un contexto dado.

La estructura fundamental del lugar es la estructura sustentante y genérica de la arquitectura del lugar particular que cada emplazamiento tiene como propiedad trascendente.

Nosotros y el ambiente

En la actualidad, no nos llevamos muy bien con el ambiente.
Por una parte, allí vertemos todo aquello que nos sobra, que es mucho más que lo razonable: basura, aguas contaminadas, gases de efecto invernadero. Por otra, el ambiente nos castiga con catástrofes climáticas cada vez más abundantes. Si las cosas siguen así, nos las veremos feas en el futuro.

Todo parece indicar que debemos cambiar nuestro modo de vida, lo que trae insoslayables consecuencias sobre cómo habitamos los lugares.

Una habitación con vistas

James Tissot (1836- 1902) Habitación con vistas al puerto (1878)


Las vistas que se dominan con una ventana son una importante motivación para encontrar un lugar adecuado. Hay quienes tienen la fortuna simbólica y material de contar con una habitación con vistas (¿siempre los mismos?).

Lugares en los que los senderos se bifurcan

Anónimo. Poster de la Universidad de Columbia (1902)


No siempre ni necesariamente se habita en recintos definidos. También se habitan lugares que se diseminan en el espacio y el tiempo, allí en donde los senderos se bifurcan (Borges). Allí donde alcanzan las marcas de identidad y pertenencia, las afiliaciones, los afectos reconocidos. Se habitan centros de referencia, por lejos que puedan quedar.

Plumas ajenas: Claudio Benzecry

Recientemente, Craig Calhoun (2007) señalaba en qué medida puede ser productivo un concepto como el de la liminaridad para elucidar las pautas de relación dentro del teatro de ópera. Aunque Calhoun se refería a que una puesta particular —La nozze di Figaro— crea un espacio liminar —exterior a la vida cotidiana y sin embargo lo suficientemente cercano para vincularse con ella en forma crítica de una manera que no hubiera sido posible sólo con la palabra hablada—, yo quiero extender su análisis y mostrar que el concepto de liminaridad  también nos ayuda a iluminar las relaciones que se establecen dentro del teatro.
El concepto de liminaridad , tal como fue elaborado por el antropólogo Victor Turner, supone la existencia de un umbral más allá del cual las prácticas específicas se distinguen de lo cotidiano. El umbral se identifica con el estado de transición que se produce durante una iniciación, es decir, cuando la persona aún no ha abandonado por completo sus antiguas maneras y todavía no ha adoptado plenamente las nuevas.

(Benzecry, 2012)

Para entendernos mejor, hoy: Habitar

Definición
1. Manifestación fundamental de la condición humana, que puebla con presencias e identidades ciertos lugares determinados de la tierra y resulta de una acción de apropiación específica, a la vez que es fruto de una operación productiva del propio lugar. ║ 2. Conducta humana desarrollada en los lugares, observable como hecho e interpretable como signo. ║ 3. Práctica social que aúna unas teorías o representaciones del poblamiento del lugar con la acción social. ║ 4. Una actividad social de producción que crea y recrea lugares.

Los confines de una terraza

Odoardo Borrani (1832- 1905) Mi terraza en Florencia (1865)


¿Dónde están los confines de una terraza? ¿En el parapeto? ¿En el tapiz del paisaje distante? ¿En un cierto punto intermedio entre los anteriores en donde la intensidad del campo del aquí tiende a cero? Por el otro lado, el límite es claro: el arco limita la terraza y hay tres palomas están más acá de ella, mientras la restante apenas se asoma.

Las imágenes de la arquitectura

Tanto los cuadros como las fotografías que tienen por tema la arquitectura la muestran desprovista de gente.
Parece que la figura humana molesta a la percepción de la obra arquitectónica, toda vez que se la tiene por un fetiche. La arquitectura se vuelve un fetiche cuando se la reduce a la edificación. Por esta razón, en este blog se prefieren las imágenes que muestran la gente en su lugar, para reflexionar, no sólo sobre la obra construida, sino por la existencia humana allí donde el artista la ha sorprendido.

La arquitectura sin presencia humana es una magnífica vacuidad.

Construyendo techos

Manual de Landauer (1537)


La construcción alcanza, en esta tarea, dimensiones épicas de verdadera hazaña: cubrir el lugar, interponer un amparo modal entre el cielo y el lugar a habitar.

Plumas ajenas: Gaston Bachelard

El conocimiento de lo real es una luz que proyecta siempre sombras en alguna parte. Nunca es inmediata y plena. Las revelaciones de lo real son siempre recurrentes. Lo real no es nunca “lo que podríamos pensar” sino lo que hubiéramos debido pensar. El pensamiento empírico es claro después, cuando el aparato de las razones ya está a punto. Volviendo sobre un pasado de errores, encontramos la verdad en un verdadero arrepentirse intelectual. De hecho, se conoce contra un conocimiento anterior, destruyendo conocimientos mal hechos, remontando lo que, en el propio espíritu, impide la espiritualización.
La idea de partir de cero para crear y aumentar su haber sólo puede venir de las culturas de simple yuxtaposición en las que un hecho conocido se convierte inmediatamente en riqueza. Pero frente al misterio de lo real, el alma no puede convertirse, por decreto, en ingenua. Es pues imposible hacer tabla rasa de un solo golpe, de los conocimientos habituales. Frente a lo real, lo que se cree saber claramente ofusca lo que deberíamos saber. Cuando se presenta a la cultura científica, el espíritu nunca es joven. Incluso es muy viejo, ya que tiene la edad de los prejuicios. Acceder a la ciencia, significa rejuvenecerse espiritualmente, aceptar una mutación brusca que debe contradecir un pasado.

(Bachelard, 1971)

Componiendo el personaje

Carl Heinrich Bloch (1834- 1890) El actor Kristian Mantzius en su estudio (1853)


¿Dónde, si no es en la cámara privada, es posible y adecuado retirarse a componer uno su personaje? Tal actividad, especialidad profesional de los actores, es un perfeccionamiento de aquello que, antes o después hacemos todos. Para eso es que tenemos que disponer de un lugar.

Observación antropológica del lugar

A la observación específica arquitectónica del lugar es necesario complementarla de manera inmediata y necesaria con una hermenéutica antropológica.
Mediante esta última, la estructura, forma y figura describibles pueden ser entendidas como portadoras de un contenido, significación y sentido humanos. El lugar, entonces, deja de ser una simple cosa para adquirir positivamente el valor entrañable de un fenómeno existencial que comprende el vivir del hombre, según su contextura específica y propia.

Hablar de los lugares implica hablar de la humanidad que los habita.

Gozos a todo sol

Arq. Isabel Viana Residencia de veraneo en Piriápolis, 2000


Las hamacas promueven el descanso plácido, por cierto que magníficamente situados ante el vértigo del espacio circundante. Isabel, una vez que comprueba que el temor y el vértigo quizá sea excesivo, dibuja con esbeltas vigas de hormigón una cubierta tradicional. Así, la cubierta contiene la terraza como un amparo amodal y el lugar puede ser habitado con plenitud y gozo. Por cierto, falta Isabel en la fotografía, pero es como si estuviera.

Sobre la experiencia estética

La experiencia estética implica todo un proceso superior de elaboración por parte del sujeto de su frecuentación ante los fenómenos estéticos.
La experiencia estética es el fundamento de juicios sintéticos de valor pormenorizados por la autoconciencia reflexiva del sujeto.

Esta experiencia es un aspecto peculiarmente destacado en el conjunto estructurado que conforma la experiencia vital del sujeto, contribuyendo a su situación en el mundo y confiriéndole su peculiar fisonomía y constitución como persona plena.

Para entendernos mejor, hoy: Arquitectura

Definición
1. Actividad social de producción destinada a concebir, proyectar, construir e implementar lugares, esto es, sitios habitados.║ 2. El resultado material, intelectual y soñado de esta actividad social de producción.║ 3. Propiedad que tienen las estructuras o los complejos de índole finalista, en donde a un fin tenido como principal se supeditan otros considerados secundarios.