René Magritte
(1898- 1967) La gran guerra (1965)
Entiendo cómo funciona la máquina
de café, la aspiradora o la ley de la gravedad, pero al poema, a la escultura,
a la pintura y a la música no las entiendo, sino que las comprendo, de una
manera eternamente cambiante, al atribuirles uno o varios significados.
Marcia
Collazo, 2018
En el
lenguaje corriente, es común utilizar alternativamente y como casi sinónimos
las ideas de entender y de comprender.
Sin
embargo, Marcia Collazo tiene mucha razón al distinguir los usos de los
términos. Con ejemplos concretos, uno puede ver cómo ajustan los vocablos a diversas
situaciones.
Es poco
lo que podría agregar al asunto. Pero creo que la diferencia conceptual
profunda radica que el entender, la acción y el efecto del entendimiento es una
actividad de naturaleza eminentemente teórica. Esto es, nos situamos frente a
nuestro objeto y nos dirigimos a éste para conseguir una idea clara y distinta
de esta entidad u acontecimiento. Por otra parte, el comprender es un asunto
práctico, que comienza por asir o abrazar el objeto, considerar su naturaleza e
incluso penetrarlo con el fin de atribuirle siempre un significado a título de
hipótesis verificable.
Así,
entendiendo, sabemos de las cosas,
mientras que con la comprensión hacemos
algo con estas cosas. Tanto con los objetos de conocimiento como con los
productos de arte podemos aspirar a realizar ambas operaciones, siempre que tengamos en claro, en cada ocasión,
qué es pertinente hacer y qué podemos obtener de ello.