El territorio ¿objeto o sujeto de políticas?

Hace poco un/a visitante singularmente lúcido/a (AlmaZen) me realizó un comentario-cuestionamiento realmente agudo: ¿El territorio es un objeto o un sujeto para las políticas públicas?
Por suerte encontré un pequeño ensayo que trataba de la cuestión: Anaya González, Lorena (2011) “El territorio: ¿objeto o sujeto del desarrollo?” Ide@s CONCYTEG 6 (77) pp. 1330-1345.
En sustancia, el ensayo sostiene que, antes, el territorio era un objeto para la política toda vez que aquél era reducido al mero espacio físico y además que es un asunto o región en donde la política le alcanza sólo en la etapa post decisional, esto es, luego de resolver qué política aplicar. En cambio, en la actualidad y debido a ciertos fenómenos contemporáneos…”se empieza a reconocer el papel activo y estratégico que juegan las ciudades y regiones; y por tanto el territorio empieza a ser visto como un sujeto activo del desarrollo”.

Lo que puedo reflexionar al respecto: el territorio en sí mismo no es ni un objeto simple ni un sujeto, sino una estructura víncular determinada y concreta del ejercicio del poder de un colectivo dado sobre un lugar. Por ello, no puede ser reducido al mero espacio físico. Pero como el territorio es un fenómeno político concreto, la política sólo puede concebirse de forma abstracta; en definitiva, el ejercicio del poder sobre el lugar se realiza de modo concreto y efectivo sobre el lugar y los sujetos que lo habitan. Por ello, me parece que, en todo caso, debería reclamarse al decisor de políticas que tenga en cuenta el carácter concreto del territorio y no ya el abstracto espacio físico, ya que omitiría precisamente un ingrediente insoslayable: los sujetos habitantes y sus vínculos concretos con el ambiente físico, económico y social.

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