Deontología arquitectónica humanística: la consecución del confort

John Lavery (1856- 1941) El sofá verde (1903)

La consecución del confort es un imperativo ético para una arquitectura de vocación humanista.
Esto parece simple de enunciar y bastante obvio como para comprenderlo, pero debe repararse en el compromiso práctico que conlleva. ¿Hasta qué punto el ejercicio profesional arquitectónico se ha desplazado desde el interés legítimo del habitante efectivo hacia los intereses del especulador inmobiliario, el tecnoburócrata político o los más diversos sectores empresariales-industriales? Porque estos últimos son intereses, por cierto, diversos y antagónicos con respecto al primero.

El ejercicio de una arquitectura humanista debe señalar, en todo momento, su opción inequívoca por la consecución del confort del habitante, por encima de toda otra consideración.

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