Consecuciones (II) Allí donde el cuerpo tiene lugar


Tiziano (1490- 1576) Amor sacro y profano (1515)

Lugar es el nombre propio y concepto adecuado a ese allí donde el cuerpo tiene efectiva existencia.
Cuerpo y lugar son indiscernibles desde un punto de vista ontológico: no hay lugar sin cuerpo y no hay cuerpo sin lugar. Luego, no es posible escindir en una y otro aspecto su asedio epistemológico. Por ello no es ya concebible confinar el cuerpo, como tal, a la envoltura de la piel, al contorno de su anatomía, sino que debemos considerar y comprender cómo el lugar habitado prolifera en forma y significación por obra de su población e imperio.
Es por cierto complejo, pero es un deber epistémico, ético y estético el abordaje de la realidad a la vez sutil y concreta del allí donde el cuerpo tiene lugar. Pero no es algo en verdad novedoso, sino que lo hemos tenido desde hace ya mucho tiempo ante las narices: ¿Qué sería del paisaje sin la presencia de las figuras humanas que le confieren sentido? Y recíprocamente ¿Qué sería de estos cuerpos sin sus signos proyectados en el paisaje?

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