Dave Anderson
(1970)
Hay una
promesa a la vez que hay una amenaza: en
el futuro aquí habrá una ciudad.
El
presente del ambiente se amenaza mediante su nihilización, esto es, su negación
por efecto del tratamiento de mero espacio disponible y abstracto. Los
constituyentes del ambiente también son amenazados bajo la especie del
tratamiento ominoso de meros recursos: tierra, agua, aire, paisaje. A la vida compleja
y rica del ambiente le amenazan, en consecuencia, ominosas simplificaciones
empobrecedoras.
¿Por
qué la promesa de una ciudad futura es, antes o después una suerte de maldición
ambiental? ¿No hay alternativa sensata?
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