Estética del habitar

A diferencia del fruidor de la pintura o la escultura, que contempla, el habitante se sumerge en el lugar.
Las percepciones del lugar son complejas porque su naturaleza es múltiple y complejamente relacionadas entre sí. La arquitectura se mira, se huele, se oye, se recorre: la experiencia estética resultante conforma una síntesis de múltiples aspectos.
Por otra parte, el juicio de valor en arquitectura no es nunca de naturaleza puramente estética, so pena de constituir un juicio parcial y desnaturalizador.
El juicio de valor arquitectónico también es una síntesis de sus aspectos constitutivos: utilidad, solidez, logro estético. No es una simple suma de juicios pormenorizados, sino el producto de sus mutuas interacciones.

La teoría del habitar tiene un compromiso ineludible con una estética peculiar de los fenómenos y experiencias concretos.

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