Algunas notas leídas en las esferas de Peter Sloterdijk: De Esferas III. Espumas. 11

Quien alcanza la isla antropógena hace inmediatamente una experiencia acústica: el lugar le suena a los habitantes. Cuando la sabana alrededor está en silencio ocasionalmente, los lugares de acampada dispersos de los homínidos y de los seres humanos primitivos parecen oasis de ruido, en los que reina un estado acústico excepcional. Aunque éste supone para sus habitantes la situación más normal. Esas islas suenan constantemente a sí mismas, constituyen soundscapes de carácter peculiar, están llenas del bullicio de vida de sus miembros, de ruidos de trabajo producidos por el manejo de sus útiles y herramientas, de ese murmullo que ha de acompañar a todas nuestras representaciones. Lo más presente es el sonido casi incesante de las voces; de voces infantiles, que se alegran y gimotean, de voces maternales, que amonestan, consuelan, sugieren, de las voces de los hombres cooperantes, que se animan, aconsejan y asimilan, de las voces de los mayores, que dan órdenes, sentencian, amenazan, se enojan.
(Sloterdijk, 2004: 290s)

Comentarios
  1. Aquí se caracteriza el fonotopo, esto es, el lugar de los sonidos de la vida humana


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