Tres críticas al funcionalismo del siglo XX (III)

Herman Braus (1868-1924)

El funcionalismo ha enarbolado la famosa consigna que reza: La forma sigue a la función.
Esta sentencia fue presentada por Louis Sullivan como propia, pero en realidad era deudora de sus lecturas de  ciertos textos del escultor Horatio Greenough. En verdad, la fórmula fue propuesta originalmente por el anatomista alemán Herman Braus.
Para el autor original de la sentencia, el sentido era superar las limitaciones de la tradicional anatomía descriptiva para complementar este estudio con el de la fisiología. Cuestión bastante razonable, en principio.
Mientras tanto, para el escultor Greenough, ya se trataba de una suerte de metáfora que ligaba el resultado formal del obrar con respecto a la intención expresiva. Para Louis Sullivan, la idea evocaba una necesaria y genuina expresión del propósito de un edificio en la síntesis de su forma. Esto, desde el punto de vista conceptual riguroso, peca de una generalidad y vaguedad alarmantes, aunque resultó eficaz y seductora en su momento.
El desarrollo del funcionalismo hizo un uso y abuso retórico de la fórmula hasta rarificar su sentido: hoy, que la forma siga a la función no quiere decir, estrictamente, casi nada.

La Teoría del Habitar persigue conceptos material y formalmente consistentes, que iluminen una congruente teoría analítica de la función. E intenta no apropiarse retóricamente de consignas ajenas y vacías.

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