En el borde

Glifford Beal (1879- 1956) El pescador (1922)

El hábito costeño tiene un tono especial en su acechanza fundamental.
Atento a los signos y a las irrupciones, a la novedad y a la esperanza, el habitante del borde pone a prueba su paciencia. No por casualidad, un escritor argentino1 incurrió en su Hombre que está solo y espera, un ensayo de esta condición existencial. Hay una cierta taciturnidad que emparenta a todos aquellos que se acostumbraron para siempre a esa implacable línea horizontal tras la que todo está por asomar.


1 Raúl Scalabrini Ortiz, 1933

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