El problema del rigor en Teoría del Habitar

Antoine Watteau (1684- 1721) Anciana con una rueca (1710)

En los tiempos que corren, una pura especulación, por más seductora que pueda resultar, carece de buena reputación y menos de respetabilidad.
En los círculos académicos, donde se debe luchar ardorosamente por la financiación, es imperioso defender a capa y espada el presunto rigor científico de toda iniciativa. Esto favorece el estabilishment de las ciencias constituidas. Todas las investigaciones que avanzan a tientas por territorios penumbrosos, en busca de sustento epistemológico reconocido, la tienen difícil, si no imposible.
Es quizá una suerte estar fuera del contexto académico, más preocupado por recoger el hilo de estas arduas entrevisiones, que en el estéril mendigar de legitimidad presuntamente científica. Lo que no quiere decir que la Teoría del Habitar no tenga un compromiso —inquietantemente parecido a una espada de Damocles— con el rigor.

Conformémonos, de momento, con un rigor filosófico, al que nadie ni nada financia.

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