La bipedestación y la dimensión vertical (II)


Jerome Liebling (1924-2011)

La opción por la bipedestación obliga al cuerpo a un esfuerzo constante en pos de un equilibrio que en principio es algo precario.
Este trabajo de oscilación contante de la recta que une el centro de gravedad del cuerpo con una reducida porción de suelo opera fijando, en términos tanto operativos como simbólicos, el arraigo de un aquí. La localización, precisamente porque es tambaleante y provisoria, se refuerza semióticamente en una indicación fundamental.
Nos erguimos de un modo constitucional y esta operación nos otorga, para siempre e irremediablemente, la condición de tener lugar.

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