Bruno Rosso
(s/d)
Debe
construirse un urbanismo fundado en derechos que culmine por consagrar una
emancipación integral de la condición de urbanita.
Para
ello debe lograrse, en todos y cada uno de los aspectos de la vida urbana una
dosis necesaria de decoro, en donde a la adecuación y dignidad se le agregue el
componente esencial de la libertad del habitante. El decoro, lejos de ser
considerado un lujo privativo de un selecto grupo social, debe ser entendido en
su cabal contenido liberador.
Los
libres, dignos e iguales se merecen
un sistema integrado de lugares decorosos, condignos y adecuados como expresión
superior de su efectivo tener lugar allí.
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