Comentando a Jan Gehl (VIII)

Beatriz González (s/d) Sin título (1999)

Conseguir calidad urbana es un asunto importante, más allá de que la intensidad del movimiento peatonal se dé por necesidad o por estímulo. Que la gente se encuentre con un óptimo nivel urbano a la altura de los ojos, debería ser considerado un derecho humano fundamental para cualquier parte de una ciudad por donde las personas circulen.
Es en la escala pequeña, el escenario urbano de los 5 km por hora, donde los individuos se encuentran con la ciudad de cerca. Es aquí donde la persona que se mueve por el espacio urbano tiene el tiempo y la oportunidad de disfrutar de la calidad urbana o de sufrir por su ausencia.
Más allá de la ideología que guíe un proceso planificador o de los prerrequisitos económicos que haya, saber manejar cuidadosamente la dimensión humana en cualquier tipo de ciudad o área urbana debería ser un requerimiento universal para gobiernos e instituciones.
Jan Gehl, 2010

Saber manejar cuidadosamente la dimensión humana en cualquier tipo de ciudad. Todo un compromiso.
Este compromiso supone un programa singularmente complejo. En primer lugar, desplazar la atención de las cosas a las personas. Seguidamente, una sensibilización profunda en torno al peculiar carácter de las múltiples expresiones de las dimensiones humanas. Quizá en tercer lugar, un intento por sintetizar tal pluralidad compleja en una dimensión única característica. Y aprender a medir las cosas, los hechos, las actividades, con tal módulo.

Y luego, operar, con método y arte.

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