Recomenzar todos los días

Albrecht Dürer (1471- 1528) San Jorge en su caballo (1508)

Hay días que recomienzo con todo el convencimiento del que soy capaz, he dicho, pero cada día me cuesta un poco más.
Hay días —he de confesarlo— que apenas me mueve la obstinación, he dicho, pero a veces es la pura inercia del hábito pernicioso de la escritura o, mejor dicho, grafomanía.
Hay días felices en donde encuentro nuevos puntos en el horizonte, he dicho, pero también es cierto que veo menos y debería consultar no sólo con el oftalmólogo.
Hay días que repaso los antiguos errores y los sustituyo con nuevos, he dicho y persisto en estratificar renovadas equivocaciones, sin dar en el clavo.

¿Hasta cuándo podré recomenzar todos los días? 

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