Coreografías del adentramiento. II. La habituación laboriosa

Jean Baptiste II Charpentier (1779–1835) Joven en Biblioteca (s/f)

Cuando un sujeto habita con cierta recurrencia un interior, sucede un moroso proceso de habituación, que modula unas especiales coreografías del adentramiento.
Ya no se trata de una irrupción inaugural, sino de un gesto repetido y enriquecido por labores de exploración más exhaustiva, con el arreglo de las cosas y con diversas formas del trabajo. Adentrarse habitualmente constituye una labor esforzada, un vencer, una a una, las más sutiles resistencias de la materia propia del interior: su conformación de sitio que se vuelve, gesto tras gesto, en un lugar. Es un trabajo cotidiano el que va enrareciendo el sitio para abrir el lugar a la acción del cuerpo.

Las danzas del día a día, las coreografías de los hábitos prospectan, excavan y conquistan cavidades, no sin un esfuerzo tan erosivo como vivificante.

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