Plumas ajenas: Yuval Noah Harari


La moneda de la evolución no es el hambre ni el dolor, sino copias de hélices de ADN. De la misma manera que el éxito económico de una compañía se mide solo por el número de dólares en su cuenta bancaria y no por la felicidad de sus empleados, el éxito evolutivo de una especie se mide por el número de copias de su ADN. Si no quedan más copias de ADN, la especie se extingue, de la misma manera que una compañía sin dinero está en bancarrota. Si una especie puede alardear de muchas copias de ADN, es un éxito, y la especie prospera. Desde esta perspectiva, 1.000 copias siempre son mejores que 100 copias. Esta es la esencia de la revolución agrícola: la capacidad de mantener más gente viva en peores condiciones.
Pero ¿por qué les habría de importar a los individuos este cálculo evolutivo? ¿Por qué habría cualquier persona sana de reducir su propio nivel de vida simplemente para multiplicar el número de copias del genoma de Homo sapiens? Nadie consintió este trato: la revolución agrícola era una trampa.
Harari, 2014

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