Poéticas del habitar (V) Calidades de vida


Filippo Palizzi (1818 – 1899) Muchacha sobre una roca en Sorrento (1871)

El arte de habitar conforma situaciones en donde las personas tienen su efectivo lugar de modo adecuado, digno y decoroso, produciendo efectivas y constatables calidades de vida.
Toda nuestra fortuna consiste, en efecto, en conseguir una situación donde se reúnan un conjunto de condiciones ajustadas a nuestros requerimientos fundamentales. Se trata de una confortación tanto física como emocional y moral. Y no se trata de simples mínimos mezquinamente administrados sino goces profundos de magnitud conforme del cuerpo.
Pero, a la vez, la situación a la que alcance la persona en su tener lugar debe expresar, con toda exactitud, su dignidad humana inherente. Aquí se establece una concordancia de naturaleza ética entre las personas y los paisajes que pueblan. Esa cualidad tan difícil de caracterizar que hace que los lugareños sean los legítimos poseedores de su estar allí.
Y, por último, pero no menos importante, el decoro, esto es, el logro estético que toda persona merece en su calidad de habitante de un lugar. No es este un lujo o adorno facultativo, sino de una función siempre exigible a toda situación de habitación. Porque hablamos de vida humana, ni más, ni menos.

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