Poéticas del habitar (VIII) Trasfondos


Ludwig Mies van der Rohe al abrigo de su intimidad, en pantuflas.

Por lo general, la arquitectura busca y suele mostrarse en su catadura pública, sabia, correcta y magnífica.
Pero hay que prestar cierta atención a sus trasfondos. En cierto modo, la fachada pública de una arquitectura apenas si es uno de sus aspectos, mientras que, para la vida que la habita, todo lo importante sucede en su trasfondo. Al abrigo de la intimidad, la vida palpita, se relaja y distiende a sus anchas. Ya es hora que alguien ocupe sus talentos en el diseño minucioso y apasionado de estos trasfondos, de los escondrijos, de los recovecos en donde tiene lugar la vida cotidiana.
Quizá no se obtenga de ello satinadas imágenes para publicar en las revistas especializadas al uso, pero el cuerpo se tenderá agradecido.

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