Paisajes habitados: los pagos

La experiencia originaria del habitar, desarrollada en el tiempo en que se adquiere conciencia de sí mismo en la exploración del espacio propio configura al pago como síntesis superior.
Síntesis concreta, inalienable y entrañable, porque no afecta exclusivamente un afuera del hombre, sino que se origina en el tránsito constante entre el interior de la conciencia y la región extracorporal del hábitat. El término pago es el recurso conceptual y lingüístico que otorga a la habitación humana la dignidad del nombre propio. El pago constituye la síntesis concreta de la proyección de la identidad del sujeto habitante sobre el espacio que le es propio, sobre el lugar que habita. El pago, por tanto, es inalienable de la experiencia habitable del sujeto que ha desarrollado su propia existencia en la construcción morosa de la legítima apropiación de su lugar en el mundo. Por ello, el pagano es aquel sujeto reconocido fundamentalmente por su condición de morar, a su modo, su lugar.

El pago también es una síntesis entrañable, porque se porta en la memoria, porque la distancia espacial y temporal que puede interponerse de hecho suscita en el sujeto una nostalgia esencial.

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