El cuerpo y la producción del lugar

Toda vez que el cuerpo desarrolla una actividad, despliega una precisa coreografía que termina de producir el lugar.
Los ámbitos son escenarios disponibles: sólo la conducta humana los hace, con propiedad, lugares. Mediante el juego de los desplazamientos, la operación de los útiles y la conquista de ciertos emplazamientos, el cuerpo confirma a su manera que el orden de los elementos es el adecuado al ritual de vivir en el lugar. A la arquitectura de los edificios, los equipamientos y de los enseres, le corresponde la coreografía cotidiana de la habitación de los cuerpos.
El cuerpo es el que manifiesta y verifica que, efectivamente, todo está en su lugar.

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