El ensueño de la buena vida

Soñamos con una buena vida.
Esa buena vida tiene lugar en un emplazamiento también soñado que reúne todo aquello que recordamos con felicidad y nostalgia de los sitios en que hemos vivido. Por eso, concebir realmente una buena vida consiste tanto en proyectar el deseo que busca anhelosamente su forma, así como también recordar de dónde provenimos. Hoy que las movilidades son la regla, conviene llevar en la mochila el recuerdo siempre presente de nuestros lugares originarios.

No sea cosa de tener dificultades para reconocerse uno en el espejo.

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