Para entendernos mejor, hoy: Borde

Definición
1. Orilla o frontera entre dos regiones o medios adyacentes. ║ 2. Patrón del habitar organizado generalmente a lo largo de una línea que constituye una frontera entre dos lugares.


Pertinencia
Los bordes constituyen un caso característico de patrón de habitar, toda vez que se definen con claridad los confines de dos lugares adyacentes.
Comentario
Toda identificación de una región dada implica, por una parte, el reconocimiento de rasgos particulares propios, así como, por otra parte, el señalamiento de los confines a partir de los cuales estos rasgos particulares desaparecen para conformarse, con otros, una región diferente. Los bordes tienen el crucial papel de indicar los confines de una región. Suelen ser lugares de una especial atención estética al constituir una articulación efectiva en un territorio. Al situarse un sujeto en un borde participa de la experiencia fundamental de la articulación de los lugares en Unos y Otros.
La constitución lineal de los bordes es análoga a la de las sendas, pero mientras que estas últimas tienen una dominante tensión en el eje itinerario, en los casos de borde las relaciones son, con mucho, más variadas. Por una parte, se diferencian nítidamente las tensiones hacia Uno y Otro lados, transversales a su desarrollo, y por otro pueden constituir o no, por sí mismas, sendas u otro tipo de amparo o ámbito.
Una costa marítima o fluvial es un paradigma de borde: separa medios y con ello, lugares de diferente implementación habitable. El costado terrestre constituye en general un ámbito capaz de ser recorrido con un interés volcado al medio acuático: precisamente en los bordes más o menos acondicionados es en donde se cambia de modalidades de traslado o de características productivas. En general, en la zona acuática se dilatan los confines del horizonte y se promueven modos y actitudes diversas a las terrestres: quizá por ello, las playas constituyen apreciados lugares de descanso y solaz.
Las diferentes regiones en una ciudad adquieren su peculiar fisonomía paisajística, arquitectónica y social en virtud de la constitución relativa de calles o avenidas que ofician como bordes. La fragmentación socioeconómica de las ciudades contemporáneas se evidencia en la claridad relativa que adoptan los diferentes bordes internos.
Ilustraciones


Eugène Boudin (1824- 1898) Las esposas de los pescadores en la costa (1872)
La consabida fascinación por los bordes adquiere tonos trágicos cuando se considera la ansiosa espera de las mujeres por la vuelta de los pescadores sanos y salvos, habitantes éstos y aquellas de una frontera hostil.


Caspar David Friedrich (1774- 1840) Acantilados de tiza en Rügen (1818)
La habitación del abismo es la experiencia del borde en su dimensión sublime. Para el espíritu cabalmente romántico no existe mejor vivencia.


Claude Monet (1840- 1926) La Corniche cerca de Mónaco (1884)

Cuando se responde civilizadamente a la fascinación por los bordes marítimos, se suele acondicionar un camino costero para disfrutar del itinerario y de las vistas. No obstante, hay que tener mucho cuidado ambiental: el borde costero es una región frágil a la vez que dinámica.

Jean-François Raffaëlli (1850- 1924) Suburbios parisienes (1890)
En eras inseguras, las ciudades se contorneaban de líneas de defensa fortificadas. En la actualidad, los bordes ciudadanos son apenas los tristes lugares en donde la poderosa expansión de lo urbano se cansa y se olvida de sí misma, contaminando el campo.


Childe Hassam (1859- 1935) Un aguacero (1887)
Hay calles que, además de constituir sendas, instauran un borde. Nótese el diverso uso que se hace de uno y otro lado. El largo y alto muro (¿de un cementerio, convento, cárcel?) parece hacer  a su acera sociófuga, —aunque el portal, por alguna razón, convoca a los carruajes—, contrariamente a la acera opuesta, claramente sociópeta.



Jean Antoine Théodore de Gudin U1802- 1880)
Faro en la costa bretona (1845)
En los bordes del territorio habitado, en las inhóspitas fronteras, la vida queda reducida a un claro destello de luz, custodiado por un sacrificado farero.

Véase también
Patrón del habitar, Senda.

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