La igualdad humana y la adecuación

La demanda social por la adecuación del hábitat se origina en la esencial y específica igualdad entre los seres humanos.
El principio ético y político de la igualdad promueve el imperativo de la consecución para todos y cada uno un lugar adecuado para habitar. No se restringe a una vivienda adecuada, sino que se entiende comprendido en la totalidad del sistema de lugares que todos habitamos tanto en nuestra morada como fuera de ella. En la conciencia social y política, definir las condiciones adecuadas para la residencia, el trabajo, el estudio, el consumo y todo otro aspecto de la vida social es asegurar umbrales mínimos de suficiencia y estándares de desempeño con respecto a una configuración genérica de la humanidad.

El derecho a lugares adecuados para habitar es un aspecto importante —aunque no excluyente— de nuestro derecho humano a habitar.

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