Dimensiones de las ceremonias del habitar. La interacción social (I)

Carl Ludwig Jessen (1833– 1917) Familia bebiendo café (1897)

Es un peculiar y rico gregarismo el que nos vuelve propiamente humanos.
Todo desplazamiento en nuestro peculiar laberinto es un deambular entre distintas y diferenciadas instancias de interacción social. Vamos desde una íntima relación de nuestra pareja a nuestro sobrepoblado lugar de trabajo, alternando ámbitos diferenciados por la índole interpersonal de los vínculos, la profundidad perspectiva, la altura y la amplitud.
Existe una magnitud misteriosa en la que, en ciertas condiciones, un agregado de personas constituye un solo grupo, para disgregarse en subgrupos cuando se supera un determinado número o se modula diferencialmente los flujos de comunicación.

Una clase multitudinaria en donde domina la voz del expositor se disgrega rápidamente en múltiples subgrupos cuando cede la hegemonía de la comunicación unidireccional. Un banquete familiar suele celebrarse con una convocatoria amplia la que cede a la conformación de camarillas por género, edad o afinidad. La vida humana se agita formando y transformado corros.

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