La arquitectura y la vida


Domenico Riccardo Peretti Griva (1882-1962)

Es constatable que en las fotografías de arquitectura las personas suelen estar ausentes.
En contadas ocasiones, una figura humana apenas llega a fijar por proporciones la escala de la ocurrencia arquitectónica. Así, la fotografía arquitectónica es un canto al espacio vacío. Las cosas, por lo general se muestran tan ordenadas que delatan un arreglo “para la foto” que termina por constituir otro recurso retórico que abomina la vida humana en la majestad de masas y espacios.
Todo se confabula para separar el espectáculo de la obra tectónica prístina de todo roce con lo que efectivamente llevamos a cabo cuando la arquitectura se habita. Y este apartamiento es dramático y culposo. La obra toma una distancia retóricamente insalvable con su finalidad. Así, el emprendimiento constructivo consigue ofrecerse como mercancía, a costa de su condición más esencial.
Por esta razón, en este sitio hemos insistido cada día en aportar iconografías significativas acerca de qué cosas hacen las personas en sus lugares, antes que ofrecer hermosas imágenes de puras obras de arte.

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