Casa soñada y buena vida

Existe una correspondencia no estricta entre la casa soñada y la buena vida deseada. Ambas ideas danzan juntas con una coreografía compleja. En el sueño del confort físico, el bienestar psicológico y el logro social se traman fantasmagorías del deseo de la morada que las promueva. Sería preciso quizá adoptar la actitud del onironauta y extraer del fondo del ensueño la arquitectura profunda de la casa deseada. Para ello, debería uno interrogarse a fondo acerca de la constitución formal de su idea de buena vida. Quizá deba olvidar por un momento las imágenes que difunde la publicidad, promoviendo el consumo, y tratar de recordar las vivencias intensas en la casa natal, interrogando a su propia condición de sujeto que construye su identidad.


Nota: Son onironautas aquellas personas dotadas de la capacidad de soñar en condiciones psicológicas similares a la vigilia, esto es, son sujetos capaces de dominar la experiencia del llamado sueño lúcido.

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