Plumas ajenas: Tim Ingold

Pensar el ambiente desde una perspectiva de habitación, como una zona de enmarañamiento que rompe cualquier límite que podamos definir entre la interioridad de un organismo y la exterioridad del mundo, nos brinda un rumbo para ubicar la experiencia vivida del involucramiento (engagement) con nuestros entornos dentro de dinámicas de sistemas abarcativos de los cuales estos involucramientos son una parte. Esto significa un comienzo, al menos, para cerrar la brecha entre el mundo tierra-cielo de nuestra experiencia y el ambiente global de la tecnociencia. Es tomar el primer paso en el diseño de ambientes para la vida. El segundo paso es reconsiderar el significado del diseño propiamente dicho. ¿Qué puede significar diseñar cosas en un mundo que está perpetuamente en obra a través de las actividades de sus in-habitantes, quienes tienen la tarea, sobre todo, de mantener la vida andando más que completar proyectos ya especificados desde el inicio?

Ingold, 2012

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