El tiempo de la arquitectura

En el oficio del arquitecto se asume con naturalidad la operación de producir lugares a costa de la transformación de las extensiones del espacio.
Pero la operación arquitectónica humana no se agota allí en donde las extensiones espaciales dan forma efectiva a formas construidas: la arquitectura se consuma efectivamente con el tiempo fundamental que instaura el habitarlo. La dimensión temporal es crucial para armonizar el ahora del habitante con la construcción positiva del lugar. Esta construcción constituye la deriva que deviene un ahora concreto hacia un yo, con un mío, con un propio.

Los lugares se constituyen en (y con) el tiempo: los lugares constituyen las fundamentales estructuras existenciales de la identidad y de la memoria.

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