Algunas notas leídas en las esferas de Peter Sloterdijk: Primer fragmento

Que la vida es una cuestión de forma es la tesis que conectamos con la vieja y venerable expresión de filósofos y geómetras: esfera. Tesis que sugiere que vivir, formar esferas y pensar son expresiones diferentes para lo mismo. De todos modos, la alusión a una geometría esférica vital sólo tiene sentido cuando se admite que existe una especie de teoría que sabe más de la vida que la vida misma; y que allí donde hay vida humana, sea nómada o sedentaria, surgen globos habitados, ambulantes o estacionarios, que en cierto sentido son más redondos que todo lo que puede dibujarse con círculos.
(Sloterdijk, 1998: 22)

Comentarios

  1. Cada cual es libre de proponer la tesis que estime pertinente: la vida es una cuestión de forma, según Sloterdijk. En mi caso, yo reformularía la cuestión en La vida tiene un conjunto de cuestiones interesantes, en donde la forma (o las formas, o la morfología) de la vida es una cuestión especialmente interesante.
  2. Hay en todo el libro (y quizá en toda la trilogía dedicada a las esferas) un interés peculiar por viejas y venerables expresiones de filósofos, geómetras… y teólogos y metafísicos acerca de la Esfera como una Forma Trascendente. Se trata de una esfera como forma topológicamente cerrada y como patrón originario de las formas concretas de la vida humana en el espacio. Una protoforma, un punto cero de toda morfogénesis posible a la existencia.
  3. Nunca me había planteado antes que una teoría supiera más que su objeto, sobre todo cuando éste es nada menos que la vida humana. Siempre he pensado que una teoría es apenas una contemplación de un objeto desde una cierta perspectiva, que en principio debe resultar interesante. De allí, uno podría elaborar una teoría sobre el habitar que resultaría de una contemplación del fenómeno, desde un punto de vista intuitivamente relevante. Dicha contemplación sería siempre parcial      —porque no agotaría cognoscitivamente su objeto—, provisoria —porque cada día aportaría más luz sobre sus zonas en principio poco conocidas— y revisable —porque el punto de vista puede variar según evidencias de alguna ventaja estratégica—. Pero para Sloterdijk es concebible una teoría que sabe de una vida, cuando ésta última se contenta con acontecer. Lo que me da lugar a una duda filosófica: ésta es, precisamente, materia y objeto del discurrir.
  4. Los globos habitados, entonces, serían rotundos, más que redondos. Si bien los términos tienen una etimología y significado primario común, tienen connotaciones diferentes: hay rotundidad teórica en las esferas, mientras que la redondez de éstas es apenas un pleonasmo acerca de su mera morfología.

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