Plumas ajenas: Gaston Bachelard

Creemos, de un modo general, que la psicología de las emociones estéticas ganaría si se estudiara la zona de las ensoñaciones materiales que preceden a la contemplación. Se sueña antes de contemplar. Antes de ser un espectáculo consciente todo paisaje es una experiencia onírica. Sólo se miran con una pasión estética los paisajes que hemos visto primero en sueños.
Tieck ha reconocido con toda razón en el sueño humano el preámbulo de la belleza natural. La unidad de un paisaje se ofrece como la realización de
un sueño a menudo soñado, "wie die Erfüllung eines oft getraumten Traums" (L. Tieck, Werke, t. v, p. 10). Pero el paisaje onírico no es un cuadro que se colma de impresiones, sino una materia que cosecha.

Bachelard, 1942

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