Mi postura […] acepta la posibilidad de concebir la
arquitectura como un proceso permanente de reinterpretación creativa, sensible
y racional de nuestro habitar.
(Muntañola,
1973:14)
De
reinterpretar se trata, entonces, en una arquitectura que está atenta a las
palpitaciones de la vida.
Reinterpretar
tiene un momento crítico. La instancia supone el cuestionamiento de las
condiciones dadas y de los tipos arquitectónicos resultantes.
Reinterpretar
tiene un momento conceptualizador. No se trata de una idea novedosa, sino de conceptos construidos por la revisión
crítica. En la escritura que lleva adelante la arquitectura, siempre se obra
sobre un palimpsesto: algo se borra, algo subsiste, el sentido es ahora nuevo,
pero no emerge ex nihilo.
Reinterpretar,
en definitiva, resulta en la proposición de alternativas.
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