Así
establece Sloterdijk la primera de diez caracterizaciones de un lugar: una porción de aire cercada y acondicionada.
(Sloterdijk, 2004:383).
Se
trata de una región relativamente delimitada de una atmósfera, disponible para
la respiración y sostenible en el tiempo, como condición fundamental de todo
emplazamiento apto para la vida. El cercado,
por su parte, en principio es una figura: es la estructura de amparos que
supone un inicial acondicionamiento. Y este último factor es el decisivo un
lugar es tal en virtud de las especiales condiciones que le impone su
habitante.
La
clave, en este caso, es la mención explícita del aire.
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