Sobre las colpoprácticas (VI)

Felix Valloton (1865- 1925) Interior con mujer en rojo (1903)

A modo de resumen, puede concluirse que adentrarse, en lo que toca a la habitación humana supone, como sucesión:
  1. Irrupción, atravesamiento del umbral
  2. Marcha y acabamiento de la prospección
  3. Sentar plaza
  4. Ajuste de la burbuja pericorporal
  5. Abismarse en la profundidad de los espejos, los cajones, los rincones y los secretos
Pero un adentrarse propiamente humano no concluye con esta última fase, salvo en los casos de la reclusión y la clausura, los que contienen una dimensión inquietante y tanathotópica diferencial.  Un adentrarse cotidiano y vividero sólo puede concluir con el avistamiento de la ruta de salida.

Sólo porque podemos salir de un interior es que podemos entrar, en el sentido cabal de la expresión.

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