Habitar el tiempo (III) La tarde


Francis Cadell (1883 –1937) Tarde (1913)

Con el correr de la tarde, la luz vira hacia valores más cálidos, la atmósfera se carga de efluvios y las cosas mudan sus colores a matices más maduros.
Las lasitudes del día van acumulando esperas, las ceremonias se vuelven más cansinas y cada quien busca llegar a término en sus ocupaciones. Atardece y el tiempo vivido parece estirarse en un curso más sosegado.
El ritual inglés del té de las cinco parece señalar una suerte de conclusión de los ajetreos del día, una instancia de pausa social en donde se celebran, tácita y explícitamente, los acuerdos, los cierres, las conclusiones del día.
La vida humana parece madurar a su modo en las tardes y el acondicionamiento arquitectónico de las estancias que entonces se pueblan debe reparar en esta humana condición.

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