Aletheia (I) El ser


Grigoriy Grigorievich Myasoyedov (1834 -1911) Tiempo de cosecha (1887)

No fue Heidegger el primero en averiguar que aletheia significa propiamente desocultación. Pero él nos ha enseñado lo que significa para la concepción del ser que la verdad tenga que ser arrebatada del estado de ocultación y encubrimiento. Ocultación y encubrimiento son correlativos. Las cosas se mantienen ocultas por naturaleza; “la naturaleza tiende a ocultarse”, parece que dijo Heráclito. Igualmente, el encubrimiento es propio de la acción y del lenguaje humano. Porque el lenguaje humano no expresa sólo la verdad, sino la ficción, la mentira y el engaño. Hay, pues, una relación originaria entre el ser verdadero y el discurso verdadero.
(Gadamer, 1989)

¿Por qué las cosas se mantienen ocultas por naturaleza?
En realidad, el problema me parece de índole cognoscitiva más que ontológica o metafísica. Lo que me parece que sucede es que sólo estamos en condiciones históricas de advertir, en cada estadio concreto, algo que parece emerger, el aspecto que muestran las cosas una vez que uno las mira con un determinado orden de razones. Las cosas no se ocultan en su ser. Es nuestro conocimiento de las cosas el que va revelando, según circunstancias históricas precisas, una emergencia fenoménica diferente.
La clave de la aletheia, entonces, no parece revestir una naturaleza ontológica particular de las cosas, sino que es un rasgo definitorio de las operaciones de nuestro conocimiento de las cosas, siempre aproximado, revisable, provisorio y conjetural.

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