Plumas ajenas: Emmanuel Lizcano


¿Cómo incorporar la indudable dimensión agónica, de lucha, de juegos de poder, que en buena medida se juega en el campo de lo imaginario, sin condenar a ese imaginario a ser mera representación más o menos defectuosa de una realidad que se supone exterior a él? Pero también, ¿cómo mantener esa centralidad de lo imaginario que le han devuelto historiadores, antropólogos y hermeneutas, sin esencializarlo, sin olvidar su papel central en los conflictos y luchas de poder? O, por decirlo en palabras de Paul Ricoeur, ¿cómo conjugar la actitud de sospecha y la actitud de escucha, ambas ineludibles para cualquier acercamiento a lo imaginario? ¿Cómo saber oír las diferentes maneras en que los grupos humanos se hacen y dicen a sí mismos, sin por ello hacer oídos sordos a los modos en que unas minorías suelen acallar las voces de los más?
Lizcano, 2003

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