Ventanas fundamentales


Hans Heyerdahl (1857- 1913) En la ventana (1881)

Una mujer asomada en la ventana vuelve a inaugurar, prístinas, todas las ventanas que han sido y serán.
En efecto, una ventana es un lugar vividero en que el cuerpo se acomoda en la expectación por lo que se manifestará más allá del horizonte. Por ello, los ventanucos altos resultan en la miseria de la mera ventilación o, en el mejor de los casos, el aporte de una mínima disipación de las sombras de un antro. Pero peores son los agujeros bajos, que sólo permiten fisgar cabizbajos. Una ventana cabal tiene que alojar el horizonte, debe abrirse a las brisas en la cara y debe dar cuenta tanto de los pormenores de la tierra tanto como de los del cielo.
Pero ninguna ventana está completa sin una mujer asomada a ella, cuando le confiere efectivo sentido.

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