Gloria Baker
Feinstein (1954)
Al
cuerpo siempre le acompaña una sombra como una emergencia otra de su propia
constitución de entidad.
El
habitar del cuerpo es un proyecto en un doble sentido. Hacia adelante en el
tiempo proyectamos lo que no es, pero podrá llegar a ser, si nos aplicamos
prácticamente para ello. Todo aquello que nos rodea resulta de una operación de
anticipación conceptual, formal y figurativa. Habitamos hoy lo que ha sido un
proyecto ayer. Por otra parte, hacia atrás en el tiempo, habitamos no sólo lo
que es, sino también la memoria de lo que ha sido. Nuestra historia no sólo nos
precede, sino que nos puebla. Habitamos para siempre los lugares originarios,
los paraísos perdidos de la infancia y aquellos lugares que nos reclaman a
veces desde los sueños.
En
virtud de ello, habitar no constituye una forma prístina y simple, sino un acontecer
tardo y constante.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario