Kawase Hasui
(1883- 1957) Lluvia en Maekawa (1932)
…la maison abrite la rêverie,
la maison protège le rêveur, la maison nous permet de rêver en paix.
Bachelard,
1957
Hay
que indagar en el deseo primordial de la casa.
Esto
implica partir de considerar primero desde dónde se desea la casa. También hacia dónde se la desea. Lo que supone
situar el deseo tanto en el origen como en el acomodo entrevisto por el
habitante.
Para
el transeúnte mojado por la lluvia, su sueño de una casa puede reducirse a un
recinto seco y cálido, mientras que para un habitante de un modesto recinto así
acondicionado, las cosas pueden presentarse más elaboradas.
Por
otra parte, el deseo de la casa tiene mucho de sueño de vida, de proyecto, de
emprendimiento, de destino autoimpuesto.
A
través de un proceso, que en otro momento se ha calificado de espeleológico, podría irse depurando la
imagen de los pormenores del adorno superfluo, anecdótico y equívoco, para
mostrarse prístina, en su condición esencial.
Esta condición
esencial es la que no debería faltar en la casa efectivamente habitada, en su
cuádruple carácter de deseo, sueño, proyecto y construcción.
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