Texturas y colpoprácticas

Johann Baptist Sonderland (1805-1878) Interior con niños y gatos (s/f)

La percepción meramente visual de masas y espacios nos deja fuera de la experiencia arquitectónica.
Esto es porque hay un elemento perceptivo (estético) esencial en el adentramiento. Las arquitecturas, por lo general, constituyen lugares practicables, accesibles para su experiencia íntima con el propio cuerpo. Por ello es ineludible habitarlos rozando sus texturas. Y estos roces pueden tener un término específico: colpoprácticas.
Se denomina así a las prácticas habitables que prospectan el lugar interior, que aprecian, miden, valoran y experimentan de modo inmediato la magnitud histerotópica, magnitud ésta propia y específica de la profundidad de las cavidades (kolpos, hysteros).

La experiencia arquitectónica es, en lo fundamental, una vivencia honda de tacto, penetración y atravesamiento. Es con el adentramiento de nuestro propio cuerpo en los lugares que conocemos la arquitectura de primera mano.

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