Jacques Tati
fotograma del film Mon oncle (1958)
La discusión realizada […] permite entender el contexto y alcances de
las equivalencias, según las cuales la vivienda es: objeto; valor social;
satisfactor; proceso; sistema; y estilo o género de vida. Cada uno de estos
puntos de vista resulta absolutamente válido: son 'significados' de 'vivienda'
puesto que tienen 'sentido' -empezando por el que tiene para quienes, en cada
caso, así lo plantean-.
Ana
María Rugiero Pérez, 20001
La
connotación de la vivienda como proceso
tiene aspectos extremadamente seductores para la elaboración teórica
Por
lo pronto, puede pensarse que este sentido proviene de una crítica antinomia
entre cosa/proceso. Toda la crítica que puede realizarse sobre la cosificación
del habitar humano en el término vivienda puede volcarse en la elaboración de
la idea de ésta como proceso.
Esto
es interesante.
Lo
problemático es en dónde radica el
carácter de este proceso:
·
¿en el carácter genérico de
lugar?
·
¿en el carácter específico de
producción o construcción?
·
¿en el carácter específico de
su destino, esto es, la habitación?
Aquí
creo que el término ‘vivienda’ ya está, ineludiblemente gravado por su
connotación de cosa y que la connotación de proceso
debería aplicarse a un término distinto.
Por
lo pronto, el propio habitar, aparte de constituir una emergencia de la propia
condición humana, podría, con provecho, asumirse, discurrirse y estudiarse como
proceso. Asunto similar —y acaso convergente— es considerar el lugar mismo como
proceso.
Por
otra parte, la más obvia asunción de la producción o la construcción como
proceso deja de ser una instancia crítica de la antinomia cosa/proceso, para constituir
una reelaboración conceptual del problema. Esta cuestión no es ajena a la
concepción de diseño de soportes de Habraken, por ejemplo. También es el
trasfondo de la producción de “viviendas evolutivas” o, simple y llanamente
“cuasiviviendas” de emergencia, asuntos éstos bastante mezquinos.
1
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