Therese
Schwartze (1851- 1918) Reflexión
(1890)
…la maison abrite la rêverie,
la maison protège le rêveur, la maison nous permet de rêver en paix.
Bachelard,
1957
La
arquitectura tiene la sustancia de los sueños, es sabido.
Es en
la casa en donde concentramos y refinamos nuestros ensueños de habitar. Por eso
la casa importa en un sentido humano esencial: abrigar el primer, profundo y
entrañable sueño, proteger al soñador, abrir plaza al onirismo pacífico, libre
y productivo.
Es
por eso que volvemos una y otra vez: a retomar, a reelaborar, a refinar los
sueños. Allí es donde éstos nos aguardan, propicios y fecundos.
El
derecho a habitar una casa es, en lo fundamental, un derecho humano esencial a
cultivar y desplegar sueños.
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