El sentido profundo del confort (I)


Georges Rochegrosse (18591938) Sarah Bernhardt (1900)

En el concepto de confort existe un componente básico que hace lugar a la adecuación.
Tal componente debe entenderse necesariamente alejado de las especificaciones mecánicas mínimas de un implemento cualquiera tanto como de las nociones de ampulosidad propia de las situaciones socioculturales de privilegio. Es preciso abordar el problema de la magnitud conforme de las cosas de vivir.
Esta magnitud conforme es una medida más que mecánica de la libertad de los cuerpos de las personas. Es por este factor que la prosecución de meras máquinas eficientes para habitar nunca es suficiente ni oportuno. Las personas, como entidades con derecho a la libertad constituyen situaciones muy diferentes a las propias de un operador de tales máquinas. Pero también por ello, el confort fundado en la adecuación nunca puede ser un privilegio privativo de algunos a costa del resto de la humanidad. El confort adecuado no puede resultar infrecuente, sino amplia y decididamente accesible a cada quien lo ejerza en el ejercicio de su libertad.
En definitiva, es por lo menos — por ahora— y por esta razón, en principio, que el confort no debe ser banalizado bajo la especie de la provisión de servicios mecánicos. Debe ser entendido, más bien, como una cabal situación de libertad del sujeto.

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