El valor de la luz en sus manchas


Carl Holsøe (1863 –1935) Interior con violoncello (1935)

Una mancha de luz nos revela la percepción de la feliz circunstancia de estar en un lugar resguardado del cosmos.
En las más recónditas anfractuosidades de un interior habitado, la luz —que puede escasear hasta volverse en verdad valiosa— consigue posarse a título de mancha en ciertas superficies que la reciben del mejor modo. No hay mejor ornato que un brillo discreto y revelador en la penumbra propicia al ensueño.
Una mancha de luz puede constituir una alegría esencial y es un contento muy especial tener la atención y sensibilidad despiertas para su revelación.

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