Marie Šechtlová
(1928-2008)
El
derecho a habitar también constituye un derecho al cultivo de ciertas alianzas
intersubjetivas.
Este
cultivo de ciertas alianzas intersubjetivas origina acercamientos tanto como
distancias, en donde la modulación precisa y afectiva de tales dimensiones
relativas es la protagonista de una dinámica de hábitos que conforma los lugares
que habitamos. Con las aproximaciones y los alejamientos decimos mucho acerca
de la constitución de los mundos que habitamos. Familias, grupos, afinidades
tienen efectivo lugar allí donde puedan cultivar tales alianzas.
Tanto
como un derecho a la intimidad y el retiro estratégico, el derecho a habitar
también supone un derecho a asociarse complementario.
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