Alfred Stieglitz
(1864-1946)
Porque
las personas tienen lugar es que pueden constituir los paisajes como hondas y
perdurables experiencias estéticas.
En el
fondo, toda experiencia estética construye un paisaje. Y es en las
anfractuosidades de la memoria, en los entresijos de la conciencia, en las
profundidades del psiquismo en donde las experiencias estéticas se trasforman
en poéticas. Los paisajes ocurren en cada ocasión que hacemos presencia y
población, así como se inmiscuyen en nuestros sueños. Entonces deseamos
recrear, transformar y producir en cada solar y en cada ocasión, las fantasmas
de la memoria y el deseo. Entonces creemos recuperar un paraíso perdido.
Entonces recuperamos unas emociones singularmente sentidas.
Y lo
que añoramos, en todo caso, es el lugar aquel que hemos poblado con plenitud,
allí donde pudimos constituir nuestro mejor paisaje.
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