Estética del habitar (II)


Elio Ciol (1929)

El segundo momento del asedio metodológico estético es la consecución de una general impregnación de la vivencia del lugar.
Por impregnación debe entenderse la honda participación de la conciencia del lugar en el ánimo y la memoria. Los seres situados deben alcanzar la virtud que los niños ejercen con sus talantes henchidos de asombro: ser atravesados en su vivencia por las configuraciones habitables de los sitios poblados. La impregnación es, en esta asunción, el efecto hondo que tiene en la propia constitución de las personas la reunión concertada de efectos que el lugar opera sobre sus habitantes. Puede entenderse a esta impregnación como la reacción local ante la situación subjetiva de inmersión.

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