Gloria Baker
Feinstein (1954)
Los
ademanes y marcas del cuerpo en el lugar resultan en una escritura de la vida
en su folio más propio.
Porque
el lugar es una geografía es que el cuerpo traza allí mismo los sucesivos mapas
cognitivos que lo orientan, ubican y sitúan. El conocimiento de primera mano
del lugar por el cuerpo es obra de este trazado en que se aúnan la
representación y lo representado. Porque el lugar es una historia es que el
cuerpo escribe tanto su sucesión de hechos como su crónica. La historia del
cuerpo es la memoria viva del lugar tanto como el escenario donde cada gesto
atesora su cuota de significado. Allí donde el cuerpo escribe su peripecia
cuando tiene lugar, allí se desarrolla la más intrigante de las geografías, que
es la cotidiana y la más interesante de las historias, que es la de la vida
corriente. Tal escritura es esto que aquí denominamos, arquitectura del lugar.