Ruth Bernhard (1905-2006)
Viens dans l’ombre, viens l’ombre
De ma tente aux rideaux lourds
Marche, glisse, marche, glisse
Sur mes tapis de velours !
Veux tu venir sous ma tente,
Beau vielliard?
Ven a la sombra, a la sombra
De mi tienda de pesadas cortinas.
Camina, deslízate, camina,
deslízate
¡En mis alfombras de terciopelo!
¿Quieres venir a mi tienda,
Buen viejo?
En El gallo de oro, ópera de Nikolái
Rimski-Kórsakov, así la Mujer seduce al incauto Zar Dodon. Pocas veces el arte
ha dado, como aquí, con la clave erótica de la habitación de las cavidades. Es
la ley del Deseo la que nos impulsa hacia las delicias del interior de la casa,
hacia la confortación plena del cuerpo y el espíritu, pocas veces lo complejo
ha sido expresado con tanta bella y contundente felicidad.
Porque
la poética del habitar reluce en la oscura y cálida simplicidad esencial de la
propia vida.